Como bien reza la encuesta que planteo, los maestros al terminar la diplomatura solemos tomar una o varias vías, estas son: seguir estudiando otra carrera para ampliar nuestra formación, opositar para maestros o meternos ya en el terreno laboral.Pues bien, según mi propia experiencia, la mayoría de maestros se van directamente a las oposiciones, unos pocos siguen estudiando y opositan, otros pocos siguen estudiando y otros pocos se ponen a trabajar directamente. Esto podremos ratificarlo o refutarlo con vuestra participación en la encuesta.
En mí caso, al terminar magisterio oposité, pero mientras estudiaba para las oposiciones me daba más cuenta de la necesidad de tener más formación porque con lo que sabía hasta ese momento no me sentía en disposición de desempeñar mi trabajo, por lo que decidí seguir estudiando independientemente de cómo me fueran las oposiciones.
Sé que muchos de los que leáis este blog estaréis en situaciones muy parecidas y os sentiréis identificados. O quizá algunos aún no tengan muy clara esta opción y se pregunten qué hacer en estos momentos o para el año que viene pues están terminando magisterio.
Ante todo (inspira, expira, inspira, expira…) ¡tranquilidad! Ponernos nerviosos no nos lleva a ningún lado. Ahora debes pensar qué quieres para tú futuro y además qué necesitas en ese futuro o para poder desempeñar la función para la que te estás formando. Una vez que tengas claro esto sopesa los pros y los contras y llegarás a una conclusión, pues la balanza se inclinará hacia un lado. Pero si esto no te convence, entonces mira bien dentro de ti y pregúntate qué te hace feliz.
En mí caso, al terminar magisterio oposité, pero mientras estudiaba para las oposiciones me daba más cuenta de la necesidad de tener más formación porque con lo que sabía hasta ese momento no me sentía en disposición de desempeñar mi trabajo, por lo que decidí seguir estudiando independientemente de cómo me fueran las oposiciones.
Sé que muchos de los que leáis este blog estaréis en situaciones muy parecidas y os sentiréis identificados. O quizá algunos aún no tengan muy clara esta opción y se pregunten qué hacer en estos momentos o para el año que viene pues están terminando magisterio.
Ante todo (inspira, expira, inspira, expira…) ¡tranquilidad! Ponernos nerviosos no nos lleva a ningún lado. Ahora debes pensar qué quieres para tú futuro y además qué necesitas en ese futuro o para poder desempeñar la función para la que te estás formando. Una vez que tengas claro esto sopesa los pros y los contras y llegarás a una conclusión, pues la balanza se inclinará hacia un lado. Pero si esto no te convence, entonces mira bien dentro de ti y pregúntate qué te hace feliz.
